Kant

“Se preocupa poco de los juicios ajenos, de lo que otros tienen por bueno o verdadero; se apoya sólo en su propia opinión [Selbstdenken] […] La veracidad es sublime, y él odia la mentira y fingimientos. Siente con viveza la dignidad de la naturaleza humana. Se estima a sí mismo y tiene a un hombre por una criatura que merece respeto. No sufre sumisión abyecta, y su noble pecho respira libertad. Toda suerte de cadenas le son odiosas, desde las doradas que en la corte se arrastran hasta los pesados hierros del galeote. Es un rígido juez de sí mismo y de los demás, y a menudo siente disgusto de sí mismo y del mundo. […] Está en peligro de convertirse en un fanático o un chiflado.”
Observaciones sobre lo bello y lo sublime. I.K