Los Tigres de Arena
“Cultura para los morelianos”
18 de abril de 2016
“La creación de una Secretaría de Cultura municipal significa un avance al haber ascendido el fenómeno cultural a objeto de sus políticas públicas, empero, en el caso de la potencial Secretaría de Cultura moreliana, significará un adelanto si ésta marca distancia de aquellos promotores culturales que la han tenido de botín y banco de asistencia.”
Uno de los efectos que ha tenido la creación de la Secretaría de Cultura federal ha sido la “alineación” de los órdenes de gobierno estatales y municipales, comenzando los trabajos de reingeniería de sus estructuras orgánicas, con el enfoque de crear organismos especializados que ejecuten políticas enlazadas al Plan Nacional de Desarrollo y al Plan Especial de Arte y Cultura respectivamente. Desde hace tiempo, la mayoría de los municipios del país definieron en sus estructuras Secretarías de Turismo y Cultura, teniendo adscritas a éstas una Dirección de Cultura encargada de organizar eventos y atender a los gremios artísticos de sus demarcaciones. Sin embargo, hace rato también que las inquietudes culturales y el involucramiento de la ciudadanía en el desarrollo cultural ha generado replantear el subordinamiento que tiene la Cultura al Turismo en el ámbito municipal. Como cualquier persona con sentido común deduciría, el Turismo y la Cultura tienen fines muy diversos; en ambos casos, no es correcto subordinar una a la otra, por lo menos, en lo relativo a la administración pública. La primera busca atraer inversiones externas a los municipios y la segunda procura ofrecer la satisfacción de un derecho a sus gobernados y, a veces cuando la población tiene la solvencia económica, paga por las actividades que se reciben. Si bien ha habido cómicos personajes que en Michoacán y Morelia han intentado contravenir este juicio, para fortuna de los michoacanos no se ha concretado el desliz de “fusionar” a nivel estatal ambos despachos, hacerlo implicaría un retraso con consecuencias graves para artistas y gestores culturales.
Pasando a lo que acontece en Morelia, uno de los proyectos más anunciados por la actual administración municipal es el de la creación de la Secretaría de Cultura de Morelia, ente público que diseñará y ejecutará políticas a favor de la población y del gremio artístico de la ciudad. Esta proyección busca aprovechar el cambio que también se ha realizado a nivel federal de tal manera que la homologación de estructuras se traduzca en un atractivo aumento presupuestal así como acceso a programas especiales que otras dependencias federales operan. En lo general, suena bien, aunque debe tomarse en consideración el bajo presupuesto que siempre tuvo la Dirección de Cultura y, el cual se “perdía” en su mayor parte en los obligatorios apoyos que se dan anualmente a los festivales que alegan traer prestigio e inversión a la ciudad. Un primer paso que habría que dar, sería el de retirarle el apoyo a los festivales que ya se han consolidado y se han vuelto autogestivos, prácticamente todos obtienen inversión privada mediante patrocinios y me parece ingenuo que sigan argumentando generar una derrama la cual termina siendo siempre un subsidio gubernamental, es decir, no vienen recursos externos a consumir los servicios turísticos ofrecidos por los morelianos. No por nada ya la gente bromea con decir que son los festivales que no son para los morelianos y los cuales son percibidos como desplantes de las familias que los organizan.
Continuando el soliloquio, esta Secretaría de Cultura de Morelia deberá aceptar el gran reto de atender prioritariamente al extenso gremio artístico en formación y profesional y generar proyectos que permitan el acceso a la Cultura en las tenencias. El gran reto de esta Secretaría en un inicio sería el de conjuntar el desarrollo social con la participación activa en el desenvolvimiento del fenómeno cultural. Hay que involucrar a todas las tenencias y colonias de la periferia de la ciudad, pues, hay mucho potencial e inquietud por parte de los morelianos a quienes la distancia les representa una barrera para acceder a la Cultura. En cuanto a los artistas de la ciudad, de existir el rescate de ese presupuesto “cautivo”, cabría la posibilidad de diseñar programas de capacitación y vinculación que abran la oportunidad de enviar a los estudiantes dedicados a las Bellas Artes a estudiar a las mejores escuelas de la Ciudad de México o inclusive al extranjero bajo un modelo de intercambio en el cual se vean obligados a retribuir o compartir lo aprendido a su regreso. No descubro el hilo negro con esta sugerencia, la Secretaría de Cultura de Michoacán ya lo hace, pero aún la proporción entre presupuesto y solicitudes es abrumadora.
En resumen, la futura Secretaría de Cultura de Morelia llegará como una buena respuesta a la demanda de los morelianos. Si cuenta con el soporte humano y financiero suficiente estoy seguro logrará mostrar resultados en el corto plazo. Finalmente, coincido con el desaparecido Umberto Eco en que la Cultura no salvará al mundo y, en este caso, a la ciudad de Morelia, pero lo que sí puede hacer es unir y disolver prejuicios en estos tiempos difíciles para los habitantes de nuestra ciudad; tal vez, la Cultura sea el medio para mantener la paz y la concordia.
Morelia no debe compararse con ninguna otra ciudad, no debe intentar ser ni la Salzburgo, ni la Florencia, ni emular a cualquier otra del planeta; Morelia ha sido, es y será cuna de luminarias artísticas e intelectuales. Morelia debe ser simplemente lo que siempre se ha reconocido a nivel nacional e internacional: el lugar donde se gestó la República y la cuna de hombres ilustres que han dado prez a la Nación. Ojalá que este proyecto lance más destellos a la bóveda celeste que guarda a nuestra mítica ciudad, mis mejores deseos para que sea un éxito a favor de todos los morelianos.
@eisenbismarck