Poco Shakespeare; poco Cervantes

Los Tigres de Arena
“Poco Shakespeare; poco Cervantes”
11 de abril de 2016

“Es inconcebible encontrar lectores que hayan regresado a los orígenes de todo. A excepción de cuando es abordada por estudiantes o profesionales de las Letras, la obra de los próximamente homenajeados carece de vigencia colectiva, siendo sendas trayectorias hitos en el desarrollo de las dos lenguas vivas más habladas del planeta.”

Hace un par de semanas asistí a ver la puesta en escena de “Coriolano” de William Shakespeare, montada por la talentosa y prestigiosa Compañía Nacional de Teatro, en el Teatro Julio Jiménez Rueda de la Ciudad de México. Este ciclo Shakespeare, en el marco de su 400 aniversario luctuoso—análogo al de Miguel de Cervantes—, ofrece un extraordinario despliegue artístico al alcance del público mexicano gracias a una brillante traducción y adaptación del texto shakespeariano. Es una de las tragedias menos leídas o atestiguadas del maestro inglés, empero, a lo largo de sus casi tres horas de duración, refleja al espectador la realidad política de cualquier asentamiento civilizado de Occidente. El homenaje y el esfuerzo por parte de la Compañía Nacional de Teatro me parecieron fantásticos. Disfruté mucho de la obra y ojalá aproveche el público capitalino para ir a verla.

Siguiendo la idea de los homenajes a los personajes que con su literatura afianzaron culturalmente a Inglaterra y España, creo que los gobiernos e instancias rectoras de la difusión del español y del inglés, tienen la complicada labor de rendir honores a través de actos que no pasen desapercibidos así como la obligación de acercar a los habitantes a las obras clásicas de estos autores. De hecho, pienso que como en cualquier aniversario de algún ilustre escritor, el mejor homenaje es invitar a la re interpretación y la re-lectura de sus trabajos emblemáticos, particularmente, motivando a los jóvenes adultos a asumir una postura y manifestar convicciones en torno a una visión o escuela literaria. En particular, las tragedias de Shakespeare siempre parecen actuales sin importar el contexto en que las sociedades las estudien, la glosa a las mismas sigue creciendo desde hace cuatro siglos.

Desafortunadamente, en este mundo de ajetreo e inmediatismo, es muy difícil encontrar individuos que inviertan su tiempo personal en leer las magnas obras de la época dorada a la que pertenecieron Shakespeare y Cervantes. La lectura al no ser una actividad productiva o redituable, representa una carga o una forma de entretenimiento simplona para quien no tiene la capacidad de razonar la idea de Tiempo personal, sea ficcional o sea real. Dudo mucho que las comunidades anglófonas e hispanófonas se detengan el tiempo suficiente para reelaborar y reafirmar lo que el Español y el Inglés han brindado a la Cultura universal por conducto de dos extraordinarios hombres. Habrá que esperar con mucha paciencia cuando se acerque el día de sendas efemérides, el torrente de citas apócrifas y frases de autoayuda que la comunidad lanzará en reconocimiento a algo que sólo de “oídas” identifica.

A falta de un par de semanas para que se inicien las actividades enalteciendo dos de los pilares de las Letras junto a Dante y Goethe, espero que al menos en México de mano de sus mejores especialistas se logre dejar un precedente digno en memoria de dos conciencias atemporales. Que el mutismo de la masa no sea el protagonista en un año en el que el que la Literatura debe asombrar al mundo con la “voz” de quienes refundaron culturas con su imaginación.

@eisenbismarck