Citas “Hombre sin atributos”

-) “Es, pues, lógico que las pequeñas obras cotidianas, en su importe social y en cuanto interesan para esta suma, presten mucha más energía al mundo que las acciones heroicas. Una heroicidad aparece tan diminuta como un grano de arena echado ilusionadamente sobre un monte. Este pensamiento le agradó.”

-) “los calculadores fríos no consiguen en la vida la mitad del éxito de los de naturaleza mixta y equilibrada, siendo éstos los verdaderamente capacitados para entender a los hombres y las relaciones que les pueden procurar ventajas.”

-) “El que lo posee no dice, por ejemplo: aquí ha sucedido esto o aquello, sucederá, tiene que suceder; más bien imagina: aquí podría, debería o tendría que suceder; y si se le demuestra que una cosa es tal como es, entonces piensa: probablemente podría ser también de otra manera. Así cabría definir el sentido de la posibilidad como la facultad de pensar en todo aquello que podría igualmente ser, y de no conceder a lo que es más importancia que a lo que no es. Como se ve, las consecuencias de tal disposición creadora pueden ser notables; es así como, por desgracia, aparece no pocas veces falso lo que los hombres admiran, y aquello que prohíben, lícito, o bien ambas cosas como indiferentes.”

-) “Dios hubiera preferido hablar de su mundo en subjuntivo potencial (hic dixerit quispiam…) porque Dios crea el mundo y piensa simultáneamente que bien podría ser de otra manera.”

-) “Ulrich, queriendo decir algo que fuera inteligible, aprovechó la oportunidad para hacer la observación de que también el amor pertenece a las experiencias religiosas y peligrosas, porque sustrae al hombre de los brazos de la razón y lo traslada a un estado inconsciente sobre un abismo sin fondo.”

-) “Los hombres vagan por el mundo como profecías del futuro y todas sus obras son tentativas y pruebas; pues toda acción puede ser superada por la siguiente». Esta frase, a decir verdad, la compuso Ulrich sirviéndose de otras similares de Emerson.”

-) “De ahí que puede ser útil tener presente que en los peores tiempos se hicieron casas horribles y malísimas poesías, siguiendo el bello principio de los mejores tiempos; no se olvide que toda generación intenta destruir los resultados positivos de una época precedente creyendo mejorarlos, que la juventud anémica de semejante época se envanece de su joven sangre exactamente igual que la gente nueva de todas las épocas.”

-) “No existe una sola idea importante de la que la necedad no haya sabido servirse; ésta es universal y versátil, y puede ponerse todos los vestidos de la verdad. La verdad, en cambio, tiene un solo traje y un único camino para cada vez, y acarrea siempre desventaja.”

-) “Esto no viene a nada, pero pone el proceso en movimiento. La historia le habrá enseñado que la verdadera fe, la verdadera moral y la verdadera filosofía no han existido nunca en la perfección deseada; y que, por otra parte, ellas han desencadenado las guerras, las obscenidades, los odios, han transformado fructuosamente el mundo.”

-) “Probablemente, la descomposición de las relaciones antropocéntricas, que durante tanto tiempo han considerado al hombre como centro del universo, pero que desde hace siglos están desapareciendo, ha llegado; finalmente, al propio yo, pues la creencia de que lo más importante en la vivencia es que uno la viva y en la acción que uno la haga comienza a parecer, a la mayor parte de los hombres, una ingenuidad. No cabe duda de que hay todavía personas que viven su vida personal; dicen: —Ayer estuvimos en casa de fulano o de mengano, o bien: —Hoy vamos a hacer esto o aquello, y comienzan a gozar en eso, aunque no tenga todavía contenido ni significado. Aman todo lo que tocan sus dedos, y son personas privadas tan exclusivamente como es posible serlo; el mundo se hace privado en cuanto se toma contacto con ellas, y brilla como un arco iris. Quizá son muy felices, pero esa clase de personas les parecen absurdas a las otras, aunque todavía no se haya conseguido saber por qué. Tras estas consideraciones, Ulrich tuvo que confesar, sonriendo, que, a pesar de todo, él era todo un carácter, aun sin tenerlo.”

-) “prejuicio, una vida que redunda primero en ventaja propia y, a través de ella, en bien de los demás es menos estimada que la caballerosidad y las ideas políticas, y por ocupar los empleos estatales un plano moral más elevado que los privados, fueron ellos los últimos en olvidarlo y se aprovecharon notoriamente de las ventajas que ofrecían al bienestar”

-) “Te voy a decir lo que tengo contra él —repitió Ulrich—. «El hombre científico» es actualmente inevitable; ¡no se puede no querer saber! Y nunca ha sido tan grande como hoy la diferencia entre la experiencia de un especialista y la de un profano. Basta examinar la habilidad de un masajista o de un pianista; nadie lleva al hipódromo un caballo sin previa preparación. Únicamente en los problemas de la vida humana se cree cada uno competente para opinar y decidir y un viejo prejuicio afirma que hombre se nace y se muere. Cuando pienso que las mujeres de hace cinco mil años escribieron las mismas cartas de amor que las de hoy, no puedo leer una sin preguntarme si no deberían cambiar alguna vez.”

-) “En efecto, suponiendo que en la historia no se den vueltas voluntarias, la humanidad se asemeja a un hombre que camina siempre hacia adelante, movido por un afán tremendo de viajar, para el que no hay posibilidad de retroceso ni de meta; ése es un estado muy interesante.”

-) “Las actividades humanas se podrían clasificar con el número de palabras que necesitan; cuantas más sean necesarias, peor se puede pensar de su carácter. Todos los conocimientos que ilustran la transformación de nuestra raza, desde el vestido de pieles al vuelo humano, llenarían, incluidas sus pruebas definitivas, no más de una biblioteca portátil; sin embargo, no sería suficiente una estantería del tamaño de la tierra para acoger todo el resto, excluida la ilimitada discusión mantenida no con la pluma sino con la espada y las cadenas. Surge espontáneo el pensamiento de que llevamos muy irracionalmente nuestro negocio humano, si no lo conducimos según esos métodos científicos tan ejemplares.
Así ha sido en realidad el clima y la disposición de un tiempo —de ífuna porción de años, apenas de decenios— que Ulrich había vivido en parte. En aquella era se pensaba así (aunque este «se» sea un dato voluntariamente impreciso) y no es posible decir cuántos ni quiénes pensaban así; era algo suspendido en el aire y no se sabía si se podría vivir con «exactitud». Hoy día habrá quien pregunte por su significado. La respuesta sería que se puede imaginar la obra de una vida compendiada lo mismo en lo mismo en tres volúmenes que en tres poesías que en tres actos de un drama donde la capacidad personal se ejercite al máximo rendimiento”

-) “—¿Qué ha quedado de mí? —pensó Ulrich amargamente—. Quizás un hombre valiente e invendible que se ilusiona en no respetar más que unas pocas leyes exteriores por amor a la libertad interior. Pero esta libertad interior consiste en poder pensar en todo, en saber por qué no necesita acomodarse a la condición humana y nadie tiene idea de las cosas por las que se debe dejar influir.”

-) “Por eso un modo original de vivir sería el intentar alguna vez no comportarse como una persona determinada en un mundo determinado, donde yo diría que no hay más que dos o tres botones que apretar, lo cual recibe el nombre de desarrollo; más bien habría que intentar vivir como un hombre nacido para transformarse dentro de un mundo creado para la evolución, o sea, aproximadamente como una gotita de agua en una nube.”

-) “Yo admiro a su primo en muchas cosas, y sé que con esto formulo una afirmación demasiado arriesgada, porque apenas se puede fiar uno de lo que dice; yo diría casi que le quiero, pues posee una libertad e independencia extraordinarias junto con otras cosas raras e inamovibles. Justamente esa mezcla de libertad y de inflexibilidad es quizá lo que, por lo demás, le hace atractivo. No obstante, es un hombre peligroso debido a sus infantiles extravagancias en el orden moral y por su ingenio refinado que busca siempre aventuras, sin saber en realidad lo que le mueve hacia ellas.”

-) “Respuesta número uno: porque la historia universal se forma, sin duda, iguál que todas las demás historias. Cuando al autor no se le ocurre ya nada nuevo, toma la historia del vecino y la copia. Ésta es la razón por la que todos los políticos estudian historia en lugar de biología u otras ciencias parecidas. Lo dicho respecta a los autores.”

-) “Ulrich desarrolló el programa de vivir la historia de las ideas en lugar de la historia universal. La diferencia estaría, dijo, no tanto en el acontecimiento mismo cuanto en el significado a él atribuido, en la intención adherente, en el sistema acoplado a cada suceso. El sistema entonces vigente era el de la realidad, y se podía comparar a una mala comedia. No en vano se dice «la comedia del mundo», pues en la vida se repiten siempre los mismos papeles, los mismos nudos dramáticos y las mismas fábulas. Los hombres aman porque tienen el amor delante, y lo aceptan tal como se brinda; son orgullosos como los indios, como los españoles, como las vírgenes o como el león: “asesinan, en un noventa por ciento, porque el matar es considerado trágico y grandioso. Los afortunados modeladores políticos de la realidad tienen, prescindiendo de las grandes excepciones, mucho de común con los escritores de obras de taquilla; los animados argumentos que crean estos seres aburren por su falta de espíritu y de originalidad, y nos introducen en ese estado de somnolencia irresistible en el que cualquier cambio nos agrada. La historia, así considerada, nace de la rutina de las ideas y de la indiferencia: la realidad surge del hecho de no hacer nada por las ideas. Ulrich afirmó que se podía hacer un resumen diciendo que nosotros nos interesamos muy poco en el hecho que tiene lugar y demasiado en la persona, el lugar y el tiempo en que la acción se realiza, de modo que parece que no nos interesa el espíritu del acontecimiento, sino su fábula, no el descubrimiento de un nuevo contenido vital, sino la distribución del ya existente, correspondiendo “esto exactamente a la diferencia entre la buena obra y la simple comedia de éxito.”

-) “Y Ulrich siguió: —Los grandes libros respiran este espíritu, que ama, el destino de las personas individuales, porque no se adaptan a las formas que la colectividad intenta imponer. Esto conduce a decisiones imposibles de decidir; lo único posible es reproducir su vida. Extrae tú el sentido de todas las obras poéticas y conseguirás en ejemplos concretos la negación indefinida y experimentada, aunque incompleta, de todas las normas válidas, de todas las ordenaciones y principios sobre los que descansa la sociedad amante de tales poesías. Una poesía parte en trozos el sentido del mundo dependiente de mil palabras cotidianas, lo parte por la mitad y hace de él un globo huidizo. Si a esto se le llama belleza, como es costumbre, la belleza resultaría ser un trastorno mil veces más cruel y despiadado que cualquier revolución política.”

-) “No todo el mundo es tan aplicado como tú para hacer síntesis —prosiguió Ulrich—. Tras los esfuerzos pasados hemos entrado en una época de decadencia. Imagínate cómo suceden hoy día las cosas: cuando hombre distinguido plantea al mundo una idea, ésta es sometida inmediatamente a un concurso de distribución, integrado por simpatía y antipatía; primero, los admiradores la rasgan en grandes jirones como mejor les place, y despedazan a su maestro como los zorros la carroña; luego, los contrarios derrumban los pasos débiles, y en breve no queda de toda la obra más que una colección de aforismos de los que se sirven amigos y enemigos. Consecuencia: general ambigüedad. No hay un sí del que no cuelgue un no. Puedes hacer lo que quieras, siempre habrá a favor veinte ideas de las más hermosas y, si quieres, otras veinte en contra.”

-) “Los siglos pasados cometieron quizá un grave error al atribuir un valor tan grande a la inteligencia y a la razón, a las convicciones, a los conceptos y al saber; fue como querer considerar al registro y al archivo como las páginas importantes de un ministerio por la simple razón de que se encuentran en la oficina central, si bien no pasan de ser dependencias auxiliares cuyas órdenes les vienen de fuera.”

-) “El hecho de concentrarse supone vencer constantemente la propia comodidad». «Y la disciplina espiritual implica una educación disciplinada de la mente, gracias a la cual el hombre está cada vez más en condiciones de elaborar racionalmente largas series de conceptos, entre constantes dudas sobre sus propias intuiciones, es decir: mediante silogismos irreprochables, a través de encadenamientos de conclusiones y de conclusiones encadenadas, de inducciones o deducciones, no sometiendo el juicio obtenido a una verificación mientras las ideas no encajen unas con otras».”

“El hombre es un ser que no puede salir adelante sin entusiasmo. Y el entusiasmo es el estado en el que todas sus ideas y sentimientos tienen el mismo espíritu. ¿Piensas, casi al contrario, que se trata del estado en que un sentimiento, un único sentimiento, tiene una fuerza enorme que puede arrastrar consigo a todos los demás (¡que te arrebata!)? ¿No? ¿No era esto lo que querías decir? Pues es así, de todos modos. También es así. Pero la fuerza de semejante entusiasmo carece de sostén. Los sentimientos y las ideas sólo adquieren una continuidad apoyándose entre sí, formando un todo; deben orientarse de un modo u otro hacia un mismo objetivo y arrastrarse entre sí.
Con todo los medios, con estupefacientes, con fantasías, con la sugestión, la fe, la convicción, y a veces con la simple ayuda de los efectos simplificadores de la estupidez, el hombre trata de crear un estado que se le parezca. Cree en unas ideas, no porque a veces sean ciertas, sino porque tiene que creer. Porque debe mantener en orden sus inclinaciones. Porque tiene que tapar con un engaño el agujero que hay entre sus paredes vitales, un agujero por el que sus sentimientos podrían escapar a los cuatros vientos. Probablemente lo justo sería, en lugar de entregarse a efímeros estados aparentes, buscar al menos las condiciones del verdadero entusiasmo.
Sin embargo, aunque, en conjunto, el número de decisiones que dependen del sentimiento es infinitamente más grande que el de las que pueden ser adoptadas por la simple razón, y todos los acontecimientos que mueven a la humanidad surgen de la imaginación, resulta que sólo los problemas racionales se revelan como algo suprapersonal; para todo lo demás, nada ha ocurrido que merezca el nombre de esfuerzo común, ni que insinúe simplemente el conocimiento de su urgente necesidad.”