Almas gemelas
Desde que nací no logré comprender que dos seres fueran uno ni que fuesen separados cuando la memoria no grababa en su cuerpo los deseos.
De un desafío devino la separación y desde ese momento condenamos nuestra vida a una búsqueda sin conclusión. El vacío dio a luz la evocación inconsciente.
Los ecos de las risas, de los llantos y de los besos de una época oculta nos condicionan a recuperar el sueño de las almas que se fundió en un universo.
Encontrar es esperar entre vidas para conseguir entre los dos de nuevo dialogar. La transmigración del verbo en los sentidos nos compromete a vivir ausentes.
Leíamos las mismas líneas, sentíamos de la misma forma; Roma, Kyoto o Nueva Orleans y nos vemos de nuevo en Ciudad de México. Nuestras almas vienen y van.
¿Y llegará ese encuentro de miradas y silencios? ¿Se encontrarán nuestros espejos? Nuestras luces están destinadas a encontrarse y brillar en soledad.
Me dijeron que seríamos gemelas. Me dijeron que compartiríamos realidades. Sigo sin encontrarte y anhelo el día en que juntos seamos de nuevo eternidad.