Talento y Portento

Los Tigres de Arena
“Talento y Portento”
02 de mayo de 2016

“El talento y la disciplina son cualidades de todas las horas que burlan el juicio de la medianía y su vinculación a la patria, la moral y el merecimiento.”

Siguiendo con las variaciones a los sucesos relevantes que percibo semana a semana, en esta ocasión dedico algunas líneas a una idea que ya ha manifestado anteriormente Javier Marías respecto del talento. Parafraseándolo, Marías recuerda a sus lectores y detractores que el talento jamás ha sido proporcional ni por sexo ni por raza ni por países ni por lenguas. Este fin de semana, confirmé esta idea —con la cual comulgo— al ver triunfar al moreliano Daniel Olmos Vega, invitado por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, en lo que fue una apoteósica y memorable interpretación del “Concierto del Sur” de Manuel M. Ponce. Mientras Daniel ejecutaba esta emblemática pieza, yo pensaba en la historia personal y cúmulo de coincidencias que permitieron tanto al solista como a su público experimentar la Belleza durante aproximadamente media hora. “¿Quién es ese muchacho?, “Nunca había escuchado ese nombre”, “A ver de qué está hecho”, “¿Moreliano? Está medio lejos de su casa, ¿no?”; entre muchas otras frases análogas cruzaron por la cabeza de más de alguno, sin embargo Daniel —a quien estimo y tengo el gusto de conocer— superó las expectativas del público capitalino que se dio cita en la Sala Revueltas del Centro Cultural Ollin Yolliztli, inclusive personalmente el Secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martin, presenció y reconoció las virtudes del joven guitarrista.
Ahora, regresando a la noción del cúmulo de coincidencias y la circunstancia personal, según mi juicio, lo único que pudo ser coyuntural o casual, fue el fugaz anonimato del que “gozó” Daniel segundos antes de tocar los primeros acordes del concierto. Lo demás que percibí no fue más que el resultado de una vocación, una devoción y el empeño de un auténtico profesional. Daniel enalteció y modificó las concepciones populares que se tienen hoy día acerca de los habitantes de Morelia y de Michoacán; yo me siento orgulloso de compartir el rasgo de venir de la misma ciudad que él, no obstante sepamos todos que el éxito obtenido proviene únicamente de su esfuerzo y lucha personal.
Daniel Olmos Vega este fin de semana ha marcado la línea que muchos jóvenes de su generación deberían de seguir; triunfó fuera de su pueblo y hoy ha subido un peldaño más en la escalera de la brillantez y la perpetuidad. Al celebrar a nuestros semejantes y nuestros contemporáneos nos celebramos a nosotros mismos, y esto por consecuencia nos hace crecer a todos como colectivo. Este efecto sólo lo logra de manera genuina la “correcta” apreciación del desarrollo del fenómeno cultural y este sábado en el sur de la Ciudad de México quienes atestiguaron este concierto lo vivieron dichosamente. Enhorabuena por el genial guitarrista moreliano y lo que nos regaló este fin de semana.

Zaherir y subsistir

Los Tigres de Arena
“Zaherir y subsistir”
26 de abril de 2016

“Durante los últimos años se ha acostumbrado al lector fugaz a diariamente atestiguar riñas artificiosas entre un colectivo de plumas y los rostros que encarnan al Poder en Michoacán y México. No hay batallas ni conflictos, sólo improperios unilaterales e intrascendentes.”

“Véanlo es un inepto; ¿ya vieron lo que le sacaron en Facebook?; si todos sabemos que es un bribón; yo sólo voté por él porque me convenía pero lo aborrezco; lo conozco desde la secundaria, un asno, pero un maestro de los acordeones; que renuncie el cobarde sin carácter; yo tengo derecho a decir lo que se me dé la gana y pobre del Gobierno si me censura…” Los mensajes implícitos que se leen en las manifestaciones formales e informales que la escritura permite a quienes hoy día alzan la voz sin filtro alguno y elevan sus opiniones a tautologías. “No hace fe quien no tiene poder” escuché a un buen amigo decir acerca de quienes esperan alcanzar credibilidad ante sus semejantes descalificando y colocándose en un mismo cuadrilátero con las figuras políticas en boga. Para su infortunio, en el campo de las opiniones, sólo hay ruido y saturación. Ex funcionarios todos los días mostrando lo que podría ser pero que no lograron mientras ejercieron sus encargos; ambiciosos y ruines soñando con ver al firmamento mientras les fotografían con la bandera nacional a su costado; activistas cibernéticos organizando revoluciones decimonónicas y la gente “normal” reinterpretando mismas imágenes miles de veces a diario hasta lograr redondear los grandes temas de nuestro presente. Tomar una postura política es importante y cualquier persona que entienda de democracia y gobierno lo sabe; empero, tomarla mediante una penosa ofensiva hacia la faceta pública de un ente es execrable. Las riñas y las peleas se dan entre iguales; que el zaherir para subsistir en política deje de ser un modelo para la medianía aficionada al fenómeno del Poder y sus efectos en la realidad.

@eisenbismarck

Cultura para los morelianos

Los Tigres de Arena
“Cultura para los morelianos”
18 de abril de 2016

“La creación de una Secretaría de Cultura municipal significa un avance al haber ascendido el fenómeno cultural a objeto de sus políticas públicas, empero, en el caso de la potencial Secretaría de Cultura moreliana, significará un adelanto si ésta marca distancia de aquellos promotores culturales que la han tenido de botín y banco de asistencia.”

Uno de los efectos que ha tenido la creación de la Secretaría de Cultura federal ha sido la “alineación” de los órdenes de gobierno estatales y municipales, comenzando los trabajos de reingeniería de sus estructuras orgánicas, con el enfoque de crear organismos especializados que ejecuten políticas enlazadas al Plan Nacional de Desarrollo y al Plan Especial de Arte y Cultura respectivamente. Desde hace tiempo, la mayoría de los municipios del país definieron en sus estructuras Secretarías de Turismo y Cultura, teniendo adscritas a éstas una Dirección de Cultura encargada de organizar eventos y atender a los gremios artísticos de sus demarcaciones. Sin embargo, hace rato también que las inquietudes culturales y el involucramiento de la ciudadanía en el desarrollo cultural ha generado replantear el subordinamiento que tiene la Cultura al Turismo en el ámbito municipal. Como cualquier persona con sentido común deduciría, el Turismo y la Cultura tienen fines muy diversos; en ambos casos, no es correcto subordinar una a la otra, por lo menos, en lo relativo a la administración pública. La primera busca atraer inversiones externas a los municipios y la segunda procura ofrecer la satisfacción de un derecho a sus gobernados y, a veces cuando la población tiene la solvencia económica, paga por las actividades que se reciben. Si bien ha habido cómicos personajes que en Michoacán y Morelia han intentado contravenir este juicio, para fortuna de los michoacanos no se ha concretado el desliz de “fusionar” a nivel estatal ambos despachos, hacerlo implicaría un retraso con consecuencias graves para artistas y gestores culturales.

Pasando a lo que acontece en Morelia, uno de los proyectos más anunciados por la actual administración municipal es el de la creación de la Secretaría de Cultura de Morelia, ente público que diseñará y ejecutará políticas a favor de la población y del gremio artístico de la ciudad. Esta proyección busca aprovechar el cambio que también se ha realizado a nivel federal de tal manera que la homologación de estructuras se traduzca en un atractivo aumento presupuestal así como acceso a programas especiales que otras dependencias federales operan. En lo general, suena bien, aunque debe tomarse en consideración el bajo presupuesto que siempre tuvo la Dirección de Cultura y, el cual se “perdía” en su mayor parte en los obligatorios apoyos que se dan anualmente a los festivales que alegan traer prestigio e inversión a la ciudad. Un primer paso que habría que dar, sería el de retirarle el apoyo a los festivales que ya se han consolidado y se han vuelto autogestivos, prácticamente todos obtienen inversión privada mediante patrocinios y me parece ingenuo que sigan argumentando generar una derrama la cual termina siendo siempre un subsidio gubernamental, es decir, no vienen recursos externos a consumir los servicios turísticos ofrecidos por los morelianos. No por nada ya la gente bromea con decir que son los festivales que no son para los morelianos y los cuales son percibidos como desplantes de las familias que los organizan.

Continuando el soliloquio, esta Secretaría de Cultura de Morelia deberá aceptar el gran reto de atender prioritariamente al extenso gremio artístico en formación y profesional y generar proyectos que permitan el acceso a la Cultura en las tenencias. El gran reto de esta Secretaría en un inicio sería el de conjuntar el desarrollo social con la participación activa en el desenvolvimiento del fenómeno cultural. Hay que involucrar a todas las tenencias y colonias de la periferia de la ciudad, pues, hay mucho potencial e inquietud por parte de los morelianos a quienes la distancia les representa una barrera para acceder a la Cultura. En cuanto a los artistas de la ciudad, de existir el rescate de ese presupuesto “cautivo”, cabría la posibilidad de diseñar programas de capacitación y vinculación que abran la oportunidad de enviar a los estudiantes dedicados a las Bellas Artes a estudiar a las mejores escuelas de la Ciudad de México o inclusive al extranjero bajo un modelo de intercambio en el cual se vean obligados a retribuir o compartir lo aprendido a su regreso. No descubro el hilo negro con esta sugerencia, la Secretaría de Cultura de Michoacán ya lo hace, pero aún la proporción entre presupuesto y solicitudes es abrumadora.

En resumen, la futura Secretaría de Cultura de Morelia llegará como una buena respuesta a la demanda de los morelianos. Si cuenta con el soporte humano y financiero suficiente estoy seguro logrará mostrar resultados en el corto plazo. Finalmente, coincido con el desaparecido Umberto Eco en que la Cultura no salvará al mundo y, en este caso, a la ciudad de Morelia, pero lo que sí puede hacer es unir y disolver prejuicios en estos tiempos difíciles para los habitantes de nuestra ciudad; tal vez, la Cultura sea el medio para mantener la paz y la concordia.

Morelia no debe compararse con ninguna otra ciudad, no debe intentar ser ni la Salzburgo, ni la Florencia, ni emular a cualquier otra del planeta; Morelia ha sido, es y será cuna de luminarias artísticas e intelectuales. Morelia debe ser simplemente lo que siempre se ha reconocido a nivel nacional e internacional: el lugar donde se gestó la República y la cuna de hombres ilustres que han dado prez a la Nación. Ojalá que este proyecto lance más destellos a la bóveda celeste que guarda a nuestra mítica ciudad, mis mejores deseos para que sea un éxito a favor de todos los morelianos.

@eisenbismarck

Poco Shakespeare; poco Cervantes

Los Tigres de Arena
“Poco Shakespeare; poco Cervantes”
11 de abril de 2016

“Es inconcebible encontrar lectores que hayan regresado a los orígenes de todo. A excepción de cuando es abordada por estudiantes o profesionales de las Letras, la obra de los próximamente homenajeados carece de vigencia colectiva, siendo sendas trayectorias hitos en el desarrollo de las dos lenguas vivas más habladas del planeta.”

Hace un par de semanas asistí a ver la puesta en escena de “Coriolano” de William Shakespeare, montada por la talentosa y prestigiosa Compañía Nacional de Teatro, en el Teatro Julio Jiménez Rueda de la Ciudad de México. Este ciclo Shakespeare, en el marco de su 400 aniversario luctuoso—análogo al de Miguel de Cervantes—, ofrece un extraordinario despliegue artístico al alcance del público mexicano gracias a una brillante traducción y adaptación del texto shakespeariano. Es una de las tragedias menos leídas o atestiguadas del maestro inglés, empero, a lo largo de sus casi tres horas de duración, refleja al espectador la realidad política de cualquier asentamiento civilizado de Occidente. El homenaje y el esfuerzo por parte de la Compañía Nacional de Teatro me parecieron fantásticos. Disfruté mucho de la obra y ojalá aproveche el público capitalino para ir a verla.

Siguiendo la idea de los homenajes a los personajes que con su literatura afianzaron culturalmente a Inglaterra y España, creo que los gobiernos e instancias rectoras de la difusión del español y del inglés, tienen la complicada labor de rendir honores a través de actos que no pasen desapercibidos así como la obligación de acercar a los habitantes a las obras clásicas de estos autores. De hecho, pienso que como en cualquier aniversario de algún ilustre escritor, el mejor homenaje es invitar a la re interpretación y la re-lectura de sus trabajos emblemáticos, particularmente, motivando a los jóvenes adultos a asumir una postura y manifestar convicciones en torno a una visión o escuela literaria. En particular, las tragedias de Shakespeare siempre parecen actuales sin importar el contexto en que las sociedades las estudien, la glosa a las mismas sigue creciendo desde hace cuatro siglos.

Desafortunadamente, en este mundo de ajetreo e inmediatismo, es muy difícil encontrar individuos que inviertan su tiempo personal en leer las magnas obras de la época dorada a la que pertenecieron Shakespeare y Cervantes. La lectura al no ser una actividad productiva o redituable, representa una carga o una forma de entretenimiento simplona para quien no tiene la capacidad de razonar la idea de Tiempo personal, sea ficcional o sea real. Dudo mucho que las comunidades anglófonas e hispanófonas se detengan el tiempo suficiente para reelaborar y reafirmar lo que el Español y el Inglés han brindado a la Cultura universal por conducto de dos extraordinarios hombres. Habrá que esperar con mucha paciencia cuando se acerque el día de sendas efemérides, el torrente de citas apócrifas y frases de autoayuda que la comunidad lanzará en reconocimiento a algo que sólo de “oídas” identifica.

A falta de un par de semanas para que se inicien las actividades enalteciendo dos de los pilares de las Letras junto a Dante y Goethe, espero que al menos en México de mano de sus mejores especialistas se logre dejar un precedente digno en memoria de dos conciencias atemporales. Que el mutismo de la masa no sea el protagonista en un año en el que el que la Literatura debe asombrar al mundo con la “voz” de quienes refundaron culturas con su imaginación.

@eisenbismarck

Priistas; no porristas.

Los Tigres de Arena
“Priistas; no porristas”
04 de abril de 2016
“La llegada de Víctor Manuel Silva Tejeda como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Michoacán significa el último llamado a la militancia michoacana para desde la oposición lograr, una vez más, navegar contracorriente y vencer de cara a los procesos de 2018 y 2021.”

Este fin de semana seguí a distancia a través de la cuenta de Twitter del Comité Directivo Estatal del PRI en Michoacán, la toma de protesta para el periodo estatutario 2016-2020 del Víctor Manuel Silva Tejeda y Rosalía Miranda como presidente y secretaria general respectivamente, en las instalaciones del auditorio Bicentenario de Morelia. Este acto oficialmente marca el inicio de un nuevo ciclo político en el priismo Michoacano tras el fallido y penoso intento de mantener la gubernatura durante los últimos comicios celebrados a mediados de 2015.

Quienes siguen esta columna y quienes me conocen saben que no suelo pronunciarme abiertamente en cuanto a política se refiere; sólo puedo mencionar que me afilié al PRI a mediados del 2014 por motivos personales y por la admiración que tengo hacia dos amigos personales que realizaron ilustres carreras y dieron prez a Michoacán como políticos emanados del PRI. De tal suerte que es atípico el tema que concentra mi atención para desarrollar la participación de esta semana.

Me agradó mucho el discurso del licenciado Silva Tejeda, quien dejó claro que este priismo tiene el reto de activarse y unirse, entendiendo que el pasado fragmentario y sectario del partido ya no es más opción y mucho menos un estilo de ejercicio político permisible. También, me dio gusto ver la presencia de ex gobernadores y personajes históricos del priismo estatal que se muestran listos para realizar la difícil tarea de recorrer los 113 municipios y reconvertir las unidades básicas priismo en Michoacán.

En las imágenes que interpreté noté un cuantioso apoyo por parte de la estructura militante, empero, esta secuencia pictórica me hizo remitirme a reflexiones que desde hace tiempo vengo delimitando. Si bien el ímpetu, la pasión y el fervor político son características de un buen militante, hace rato que las arengas, las porras y la transmisión masiva de consignas no bastan para darle credibilidad y confianza a un proyecto político. Hoy, siendo o no culpable la militancia michoacana de lo que mencionaré, la sociedad civil se encuentra hastiada y fastidiada del cíclico actuar político en el que personajes desconocidos e incapaces se materializan en la esfera pública como entes proclives al sacrificio y la inmolación en pos del bienestar de su comunidad. Esta clase de personajes sin preparación y —sin importar su edad— que por ambición o por falsos merecimientos desean llegar a ocupar un cargo público, deben reconsiderar que no será a través del PRI que lo consigan. En mi corta experiencia laboral como servidor público pude atestiguar la ignominia del “ejercicio politico” por parte de pretenciosos que en menos de 3 años fueron “faustistas“, “reynistas“, “jaristas“, “chonistas” y quienes supongo se pasarán a denominar “silvistas” o algo similar, con tal de sobrevivir o revivir políticamente no obstante la mediocridad de sus trayectorias. Ha sido irrisorio cómo jóvenes y no tan jóvenes tras ejercer efímeramente un cargo se consagren como “políticos de carrera” cuando probablemente ni sus familiares les favorecerían con el voto popular. Yo pienso que quien desee ser “político” como primer reto a superar tiene el de vencer una contienda electoral; le guste o no a estos caricaturescos individuos, la responsabilidad de manejar el Poder sigue siendo otorgado por la ciudadanía.

El priismo michoacano necesita hoy profesionales con vocación y no sólo animadores o porristas; si se quiere re posicionar al Partido es momento de trabajar todos por igual.

El mercenarismo del que padeció el Revolucionario Institucional en los últimos 5 años parece que por fin ha desaparecido; yo, le deseo lo mejor al nuevo Comité Directivo y a todos los militantes que vayan a sumarse a los nuevos proyectos. Se merece Michoacán tener una clase política brillante, ojalá éste sea el inicio de un porvenir que se transforme en histórico y memorable.

@eisenbismarck

Soy el que soy

Tigres de Arena
29 de marzo del 2016
“Soy el que soy”
“El débil mecanismo de identificación en el comportamiento de las masas contemporáneas nos sorprende una vez más ante las millones de respuestas y expresiones generadas por los atentados terroristas perpetrados en Ankara, Estambul y Bruselas.”
Durante los últimos quince días han perdido la vida más de un centenar de personas en Turquía, Bélgica, Irán y Pakistán por causa de la radicalización de las acciones del movimiento paramilitar llamado “ISIS”. Los atentados que con el paso de los días incrementan en número y grado de violencia, movilizan a los habitantes de Occidente, quienes atónitos reaccionan de diversas formas y externan su reprobación y hastío en contra de un grupúsculo conformado por entes enfermizos cuyo fanatismo ha sido también rechazado por la mayor parte de los practicantes del Islam en todo el mundo.
Desde el primer sanguinario ataque en contra de los caricaturistas del semanario francés “Charlie Hebdo” hasta las explosiones en el corazón de Iraq donde fallecieron más de 30 jóvenes menores de 16 años, los habitantes de este planeta que gozan de acceso a Internet han transformado su identidad una y otra vez, creando redes de solidaridad en atención a las naciones que han sido heridas desde sus entrañas. Cada vez que se suscitan estos ignominiosos actos, los usuarios de las redes sociales lanzan consignas en las que cada individuo se mimetiza y externa ser en su defecto París, Bruselas o el ícono “centroeuropeo” en turno. Para infortunio de estos activistas sus condolencias y opiniones no trascienden, y, sólo nutren el morbo y el ocio de quienes los rodean, permaneciendo siempre un aire de impotencia y pasividad acompañado de la superficialidad e inmediatismo que caracteriza a esta época. No llamo aquí al activismo ni a la confrontación a escala internacional, pero, pienso que toda esta gente que invade el ciberespacio no tardaría mucho en dilucidar que han perdido demasiado tiempo personal en intentar captar la atención de quienes les rodean.
Escribir “#yosoy” y mostrarse ante los demás como un defensor de los derechos universales es una tarea aceptable para un quinceañero que comienza a buscar modelos y arquetipos con los cuales afirmar su propia identidad. Para quienes ya han pasado el primer cuarto de vida y se comienzan a valer por sí mismos, responder a las catástrofes del terrorismo con unos golpes de teclado desde los celulares representa —al menos para mí— un acto de ingenuidad.
Por más seudónimos o calificativos que se le den a la generación “Y”, yo aún tengo muchas expectativas sobre ella. Me enorgullece pertenecer a ésta no obstante los movimientos y las manifestaciones colectivas que la mayoría de las veces carecen de trascendencia. Hace tiempo que pasaron los “tiempos para los jóvenes” y creo que las responsabilidades se deben ganar y pedir con carácter. El único reto por superar es el del letargo y la inautenticidad que ha envuelto a mí y a mis contemporáneos. Aún hay tiempo para corregir y llevar a buen término el cambio generacional que aspira a realizar los ideales de quienes dieron lo mejor de sí por nosotros.

Hermanadas por la enfermedad

Los Tigres de Arena
22 de marzo del 2016
“Hermanadas por la enfermedad”

“La fantasía del paraíso que ofrecían las repúblicas sudamericanas que optaron por la izquierda como gobierno parece vislumbrar su fin con los recientes reveses que han sufrido Evo Morales, Nicolás Maduro y Dilma Rouseff.”

Durante las últimas dos semanas la República del Brasil ha vivido momentos históricos derivados del descubrimiento de atroces actos de corrupción que involucran a los líderes del Partido de los Trabajadores incluyendo a Dilma Rouseff y a Luiz Inácio Lula da Silva. Entre las manifestaciones que mayor impresión me causaron, hubo una en la ciudad de Sao Paulo donde se reunieron casi 500 mil personas sobre la avenida Paulista para manifestar su repudio contra un gobierno al cual le “detonó en las manos” el inestable material del cual está compuesta la corrupción. Extrañamente, el acumulamiento de circunstancias análogas en los gobiernos de Argentina (era Kirchner), Bolivia, Chile, Venezuela han provocado un cambio de postura política en sus habitantes, brindándole una oportunidad más a la también dubitativa y endeble Derecha con esperanzas de enderezar y rectificar en el rubro económico, pues, sus sociedades se polarizan día a día por la ausencia de visión y proyección en sus administraciones.
Mientras Sudamérica parece “despertar” del sueño socialista, me parece increíble que en España y México se esté considerando alternar por este modelo político, el cual ha fracasado en todos sus intentos de implementación. Externo lo anterior no como preámbulo a un ataque dirigido hacia algo o alguien indefenso; al contrario, lo que hoy sufre la Izquierda no proviene de las ya agotadas y asimiladas falencias del marxismo; lo que sufre tiene su origen en la voluntad, ambición e insatisfacción de los neófitos funcionarios públicos que se derrumban ante la tentación de incrementar clandestinamente sus sueldos en el olvido de sus atribuciones como servidores públicos.
Develar el fenómeno de la corrupción como la pandemia de las sociedades latinoamericanas y como la semilla de la destrucción del neo-socialismo sudamericano no me coloca como el poseedor de la Verdad ni mucho menos estoy expresando lo que un sinnúmero de extraordinarios académicos han desglosado ya de manera excelsa; tomo este mal de todas las épocas por ser el único argumento de autoridad que se arrojan mutuamente los fanáticos del dualismo político y quienes carecen del sentido común para concentrar su atención y su intelecto en desafiar a estos famélicos entes con una argumentación fundamentada en hechos históricos. Ya lo he dicho anteriormente, no bastan el grito ni la queja y menos las incitaciones a la disidencia y la violencia; si desenvolvemos esta problemática, arribaremos a la base de nuestra sociedad para darnos cuenta que nosotros mismos propiciamos por omisión que lleguen a ejercer el Poder los seres menos aptos.
Los regímenes de Izquierda latinoamericanos -arquetipos de nuestra Izquierda mexicana- están por derrumbarse a raíz de este mal colectivo, y, lo que históricamente la Izquierda de nuestro país ha atacado del anquilosado sistema político, hoy está dejando a países potencialmente ricos al borde del abismo incapaces de brindar bienestar a sus gobernados.
Siempre me ha conmovido y apasionado la reacción de los ciudadanos que vivieron las dictaduras militares en Sudamérica y, quienes una vez más, se enfrentan al reto de superar ese dualismo que se trastornó en ambos extremos, en búsqueda de un equilibrio que deje atrás la simpatía por la demagogia y el carisma de los sátrapas que aislaron el lenguaje del gobernante de la realidad social. Precisamente en estos momentos debemos voltear la mirada hacia nuestros hermanos sudamericanos y aprender de sus actos. Al momento de redactar esta participación, Lula ha sido impedido de asumir como Ministro de la Casa Civil del Gobierno del Brasil y Barack Obama desahoga en la Habana la primera agenda bilateral en 88 años con Raúl Castro.
No espero que la Izquierda desaparezca, todo lo opuesto, deseo que resurja actualizada y vuelva a aportar los programas sociales que mejoraron el nivel de vida en algunos países europeos; también, deseo que la Derecha tome precauciones y reconsidere su postura y observación de quienes concentran grandes capitales en los límites de la legalidad y que han logrado manipular los entramados del poder público.
La Izquierda y la Derecha que aún se desgarran con descalificaciones pretenden ignorar su aspecto mohíno producto de la enfermedad que ambas las ha corroído durante la época más prolífica de la civilización moderna; esta enfermedad deleznable puede acabar con una Cultura y sus arquetipos, es nuestra obligación erradicarla dando un sentido ético a cada una de nuestras acciones e impedir que ésta termine de corroer la estructura que sostiene a las sociedades democráticas y liberales de nuestro continente.

@eisenbismarck

Pasan los años; no pasan los libros

Los Tigres de Arena
15 de marzo del 2016
“Pasan los años; no pasan los libros.”
“Fomentar la lectura se trata de fomentar y generar la duda y el análisis.”
A principios de este mes, Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua y de Siglo XXI editores, fue entrevistado por El Universal en el marco del 50 aniversario de la editorial. En esta entrevista, el doctor honoris causa por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo habla sobre la actualidad de Siglo XXI así como de los retos que enfrenta la industria del libro; también, externa su opinión sobre la calidad de los contenidos que se hacen llegar al público general, mostrándose en contra de la masificación de algunas obras universales, inclinándose por terminar con la idea de “intentar hacer llegar la Cultura al pueblo como sea”.
Jaime Labastida, desde hace más de veinte años, es uno de los intelectuales más influyentes de nuestro país, alguien, que desde la función pública y desde la academia, siempre ha sido crítico de los modelos educativos y de las políticas culturales; en esta entrevista, resalta la agudeza con que manifiesta su molestia y su preocupación por las complicaciones que pasa la industria editorial y cómo aún en estos tiempos es mejor publicar un libro que genere problemas y venda poco que otro que venda pero no estimule la inteligencia ni la reflexión.
De esta entrevista desprendo o retomo el recurrente debate relativo al promedio de libros leídos anualmente en el país así como la clase de lecturas que se dan al mexicano durante sus años de formación.
Primeramente, Jaime Labastida refuta la encuesta oficial publicada por la Secretaría de Cultura, la cual señala que se leen en México un promedio de 5.6 libros al año; desde su experiencia como director general de Siglo XXI y a través de un ejercicio aritmético —basado en la producción editorial anual— objeta que en realidad se leen 0.6 libros al año. Se escoja una u otra cifra, desde que tengo uso consciente de mi memoria, uno de los problemas institucionalizados por los gobiernos ha sido precisamente el fomento a la lectura. Si bien hoy existen excelentes programas operados por la Secretaría de Cultura que fomentan la lectura, sigue siendo muy bajo el índice de lectores que hay en el país. Lo que a mi parecer aún no ha cambiado es la concepción popular que se tiene del hábito de la lectura; cada temporada se supera cómicamente el nivel de ingenuidad de las campañas que tergiversan el sentido y la importancia que tiene el acontecimiento capital de la actividad de leer en la vida de cualquier ser humano. La concepción popular comenzará a cambiar, al menos, cuando se deje de tratar a la población como menores de edad sin sentido ni criterio. Siempre he sentido animadversión hacia las propagandas o estrategias de difusión —sin importar de qué sector provengan— que descienden a usar un supuesto lenguaje inclusivo para llegar a los todos los estratos de nuestra sociedad. Se mejorarían los resultados en la creación de un hábito lector y un sentido crítico si desde los niveles educativos básicos se trataran a los niños y jóvenes como seres pensantes y no como incapaces.
Por otro lado, coincido totalmente con el doctor Labastida — ¬parafraseándolo— en que debe evitarse publicar con un sentido empresarial o lucrativo; la masificación y la diversificación del conocimiento por medio de la imprenta desde sus inicios significó un acto de rebeldía; el libro que genera dudas y provoca el análisis profundo es el libro que habrá de leerse con pasión y no por obligación. Es irrisorio que muchos contemporáneos hayan “pasado de noche” las lecturas “obligatorias” de los años juveniles y hoy no guarden referencia alguna sobre las vivencias de Alonso Quijano, Jean Valjean, Hans Castorp, Dante y Virgilio o el Doctor Fausto; al contrario, en aquellos años les generó el desdén hacia la Literatura por la falta de sensibilidad en el diseño de los contenidos de los programas pedagógicos relativos a afinar la lectura y la escritura.
Quedan aún muchas tareas y acciones pendientes para elevar el nivel cultural e intelectual de los habitantes de nuestro país y, no es mediante la imposición de cánones o directrices que se generará la duda y la curiosidad que los lleve a tomar e invertir su tiempo frente a un libro. Ese acto íntimo de “sorprenderse ante el espectáculo del mundo” —del mundo de las Letras— llega por sí mismo; disolvamos los prejuicios y exijamos que esos libros que no nos llegan y no pasan aspiren un día a convertirse en un digno testimonio de las proezas de nuestra era.

@eisenbismarck

Para leer la entrevista completa a Jaime Labastida, entrar: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/cultura/letras/2016/03/2/libro-importante-el-que-genera-problemas-director-de-siglo-xxi

La Civilización de Mario Vargas Llosa

Los Tigres de Arena

08 de marzo del 2016

“La Civilización de Mario Vargas Llosa”

“Mario Vargas Llosa se confirma como el hombre de Letras e intelectual latinoamericano más influyente de Hispanoamérica, y tal vez, del mundo.”

La edición de esta semana del suplemento cultural Babelia dejó una interesante entrevista con el maestro Mario Vargas Llosa en el marco de la publicación de su nueva novela “Cinco Esquinas”. Seguramente será una lectura obligatoria de este 2016.

Como es costumbre, el gran conversador Vargas Llosa atrae a los lectores con sus brillantes reflexiones, y sorprende con su lucidez y sencillez pareciendo todo menos un hombre en el ocaso de su vida.
Además de aclarar algunos puntos sobre la trama de su nueva novela, Vargas Llosa reflexiona durante la entrevista sobre temas como el erotismo y el manejo de la información por parte de las figuras en el Poder en época de las dictaduras. En particular, me agradó este fragmento de la misma:

“P. Más que la violencia, en su novela está presente el uso de la vida privada como arma arrojadiza. ¿Dónde empieza la vida privada de un personaje público?
R. Si desaparece el derecho a la privacidad, se destruye un valor fundamental para la supervivencia de los otros valores. Sin vida privada se produce un retroceso hacia la barbarie. La civilización se puede definir de muchas maneras, pero la más obvia es el cuidado de las formas. Es lógico que una persona pública —sobre todo un político— tenga que aceptar cierta vigilancia sobre su conducta, pero se ha llegado a unos extremos donde esa vigilancia se ejerce de una manera abusiva. Por una aberración, eso se confunde con la libertad de prensa.”
Siguiendo la noción del Maestro, este fenómeno se vive todos los días en la vida política de nuestro país. El poder de colocar a alguien ante el tribunal de la “colectividad” ya no se encuentra más en los medios de comunicación masiva, ya cualquier individuo en posesión un teléfono celular moderno y conexión a Internet tiene la capacidad de difundir contenido “crudo” directamente a una audiencia que la mayoría de las veces lo interpreta como la Verdad, ignorando que dichos sagaces y atrevidos productores sean aún más tendenciosos y manipuladores que los comunicólogos más populares del país.
A nivel personal, siempre he estado en contra del extremo asedio hacia las figuras publicas sin importar el campo en el que destaquen. Aunque nos decepcione o desanime, las vidas personales de estos entes son tan grises y sencillas como las nuestras; no habría porqué idealizar sus estilos de vida, acaso, de existir algún hábito extraordinario, emularlo.
Tanto es chocante y de gente timorata -especialmente en pseudo políticos- comportarse como si se fuera alguien popular y en constante acoso por cumplir temporalmente con responsabilidades directivas , como así también lo es desenvolverse “campechanamente” en ámbitos que siempre han estado regidos por reglas de comportamiento. Me sigue haciendo reír que hoy día los políticos ganen más votos por pasar o fingir ser “gente de barrio” que por convencer con algún proyecto -nunca original-. Es ridículo que hoy se hayan invertido los códigos de conducta por la falsa creencia en una congruencia entre ambas esferas de la vida social.

No es la primera vez que Vargas Llosa nos hace poner atención en esto, ya en su Civilización del Espectáculo desarrolló este tema y aún no se le ha dado la suficiente importancia; por el contrario, hoy nos sorprendemos con encontrar -detonado por la dinámica en redes sociales- que tiene el mismo nivel de relevancia -a nivel difusivo- enterarnos qué desayunó un artista de televisión y una intervención del secretario general de la ONU; esto lo puede corroborar cada quien todos los días.
Aún hay tiempo para corregir como sociedad y retomar la concepción que se tuvo siempre sobre las dos dimensiones en que se actúa el Hombre; evitemos que el odio y el morbo terminen con el pacto social que nos diferencia del resto de las especies.

Por la jodida envidia

Los Tigres de Arena1 de marzo del 2016
“Por la jodida envidia.”

“Hace más de una década que la mayor debilidad de los gobernadores en Michoacán radica en su paupérrimo desenvolvimiento retórico y oral.”
Desde el auge de las teorías estructuralistas en los años sesenta, el estudio del discurso y el análisis de las palabras –principalmente en el ámbito de la oralidad– ha producido muy interesantes trabajos y tesis que han obligado al hombre a ser más cuidadoso de su deseo por autenticidad al momento de dirigirse a sus semejantes. En la primera entrega de esta columna, de manera genérica, recordé la importancia de retomar los estudios de la Retórica y la Oratoria, especialmente para aquellos que desean convertirse en entes políticos y figuras públicas. La razón de retomar este tópico, deriva de lo que he escuchado durante los últimos meses: esporádicas declaraciones pronunciadas por el actual Gobernador de Michoacán, que me han obligado a retirarme a una “sana distancia” desde la cual generar algunas conclusiones objetivas sobre este asunto.
Primeramente, recuerdo lo expresado durante una entrevista televisiva, donde el ciudadano Gobernador pronunció “por una jodida placa…”, en alusión a la polémica –aún no resuelta– del reemplacamiento. En una segunda evocación, esta semana leo que ha declarado en relación a la visita de la cantante Belinda: “la neta, noto una carga de envidia…”; una frase que muestra el aire de juventud y espíritu estudiantil del depositario del Poder Ejecutivo del Estado de Michoacán. Quienes han invertido parte de su formación en estudiar el Lenguaje saben que existen tres niveles de éste: coloquial, estándar y culto; evidentemente, el Gobernador de Michoacán –bien o mal asesorado– se está inclinando cada vez más en llegar a los michoacanos aparentando un aire “familiar”.

Ningún nivel es mejor o peor que otro; cada uno atiende a escenarios e interlocutores diversos, de hecho, nuestra lengua materna evoluciona y cambia constantemente gracias a las innovaciones que emanan de los diálogos que se desarrollan diariamente bajo las “reglas” que distinguen a estas tres categorías. Mi observación o “crítica” en esta ocasión, se circunscribe a aprender de estas falencias comunicacionales. ¿Por qué? Porque en este caso, quien sea que desempeñe un cargo público, debe ser consciente del alcance e impacto de cada una de sus sentencias o afirmaciones; el estilo y la forma de expresarse, sin importar lo que se externe cuando uno es un ente público, convierte sus ideas en argumentos de autoridad. Sí, habrá quien los debata y refute, empero, se debe tener en mente la existencia de un sector de la población que da por hecho que esa es una manera “correcta” de manifestarse, y, que al ser interpretada como “correcta”, entonces puede y debe replicarse durante cualquier interacción dialógica.

Entiendo que un particular elemento de cohesión en nuestro país es ese “mexicanismo” lingüístico que se comparte en la extensión territorial de México, inclusive, recientemente la Academia Mexicana de la Lengua anunció la publicación de la segunda edición del interesantísimo y peculiar “Diccionario de Mexicanismos”, donde investigadores y especialistas asentaron la mayoría de las expresiones y palabras que sólo los mexicanos entendemos. También, esta semana Guillermo Sheridan, en su Minutario publicado por Letras Libres, irónicamente dio su análisis y redactó un breve estudio en torno al infame episodio protagonizado por el Licenciado Raúl Libién y el uso de la polisémica palabra que comienza con la letra “V”.

A qué quiero llegar; no podría juzgar moralmente la manera de comunicarse de una persona, el lenguaje es parte de nuestra identidad, no es bueno ni malo, sólo es. Según las diferentes facetas y roles que cumplimos en la vida diaria, considero debemos prestar atención a no ser parcos ni mezquinos al expresar nuestras ideas, tampoco, irse al extremo de convertir una charla nimia de viernes por la noche en un coloquio de filosofía; carecer de sensibilidad lingüística puede aislarnos de nuestros contemporáneos y de nuestros seres queridos.

Nuestra sociedad aún se define a sí misma a partir de la palabra viva, por ello, no podemos desdeñarla ni descuidarla; sus límites marcan los del mundo (parafraseando la popular cita wittgensteiniana), expandamos esos límites y distanciémonos de las desgastadas figuras políticas que han quedado prisioneras en la pobre y vacía morada de su Lenguaje.

 @eisenbismarck